“Sí, sí estoy muy Cansado,”

 

Amanece y sólo hay una cosa que Grego Anguiano quiere hacer: dormir. Le duelen los pies y en sus ojos la sensación es de que dos pesas le cuelgan de los párpados. Son las ocho de la mañana y arrastra su cuerpo de vuelta a casa como si fuera de plomo. De cuando en cuando, mira a su alrededor, al día que para muchos empieza y para él termina, y que le parece como salido de un sueño o de un tiempo lejano. Después de un turno de 24 horas en el hospital, el mundo se ve un poco distinto. Aunque el sol resplandece el el cielo, aunque el aire es fresco y todavía limpio, él no puede apreciarlo.

 

“Hoy habia muy mal porque ayer estuve 24 horas y durante la noche no dormí como cuatro horas fraccionadas media. U hora y media, una hora o hora y media o algo así y hoy por la mañana a dormir de las 2 a la 1 y después de la hora y la 2 y media a las 3 y tengo un cuerpo regular,” Anguiano dice.

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A sus 25 años, Anguiano está en su año primero de residencia como médico en el Hospital Universitario Virgen del Rocío. A pesar de la dureza de su trabajo, aún siente una gran pasión por él.

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“Ahora estoy muy contento. Si no podría cambiar a algo nuevo y hacer otra cosa pero sí, tengo un contentándose voy a continuar”. Anguiano dijo.